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jueves, 10 de noviembre de 2011

La leyenda de Tir na nÓg

Comienza con el joven príncipe Oisín, hijo del lider de los fianna, Finn mac Cumhall, quien hallándose frente a un lago conoció a la hermosa Niamh, hija del rey de Tir na nÓg. La joven, que buscaba marido, invitó al joven Oisín a volar junto con ella sobre su corcel hacia la Tierra de la Eterna Juventud, y éste aceptó.
Allí vivieron juntos durante muchísimo tiempo, hasta que Oisín comenzó a sentir una terrible nostalgia por su tierra, por su familia y por sus gentes. Niamh no pudo persuadirle de que no regresara, así que se ofreció a prestarle un caballo. Únicamente le hizo una advertencia: jamás, bajo ningún concepto, debía apearse del caballo. Oisín obedeció, y al volver a su tierra descubrió que todo había cambiado: su tribu había desaparecido, su padre había muerto y su fortaleza apenas era un montón de ruinas, y todo era muy diferente de cuando partió. Habían pasado 300 años desde que abandonara sus tierras y a sus gentes.
Regresando a Tir na nÓg, desolado, Oisín se empeñó en ayudar a unos hombres que intentaban apartar una piedra del camino, con tan mala fortuna que cayó del caballo. En un instante, el corcel se esfumó ante sus ojos, y Oisín se convirtió de repente en un anciano decrépito y triste para morir en unos instantes. Mientras tanto, Niamh esperó ansiosa el regreso de su amado, que jamás volvió a hollar la Tierra de la Eterna Juventud.

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