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jueves, 10 de noviembre de 2011

La historia de los celtas en galicia parte 7

Edad Moderna


El reino de Galicia en el Antiguo Régimen


Tras la unificación de los reinos peninsulares en la Monarquía Hispánica, el órgano de gobierno del reino de Galicia fue laJunta do Reyno, creada en 1528. Hasta su disolución, este órgano constituyó la expresión política del reino, si bien su existencia fue poco significativa durante todo el Antiguo Régimen. Durante este periodo fue una constante la reivindicación del voto en las Cortes de Castilla, pues el Reino de Galicia estaba representado en ella por la ciudad de Zamora, hecho que se consideraba humillante y deshonroso para el viejo reino. En 1520 una comisión de la nobleza pidió a Carlos I, una vez más, ese derecho, aduciendo que «Galicia estaba sujeta a Zamora, con desdoro y descrédito de su grandeza». La nobleza gallega de la época tenía la creencia de que Zamora ostentaba tal representación («nunca reconocida por Galicia»), a cambio de dinero, y en una de las ocasiones se le ofreció al viejo reino recuperar su voto, a cambio de una suma económica que no fue posible reunir. Lideraron esta reivindicación personajes de la talla de Pedro Fernández De Castro y Andrade, VII conde de LemosAlonso III Fonseca o el conde de Gondomar Diego Sarmiento de Acuña. Una Real Carta de Felipe IV acabó concediéndolo en 1623, supeditado a que el Reino de Galicia diese cien mil ducados, que se «aplicarían a la construcción de seis navíos precisamente necesarios en aquella costa».

La última ocasión en la que el reino de Galicia mostró una manifestación política fue durante la invasión napoleónica. La amenaza que para el mantenimiento de la hegemonía del clero y la hidalguía gallegas representaba el empuje revolucionario de Napoleón provocaron su rápida reacción actuando como estímulos para la resistencia y la movilización. Con la península bajo dominio napoleónico, la resistencia se organizó en Galicia, combatiendo a las tropas francesas mediante las guerrillas, hasta lograr su expulsión. Finalizado este episodio, la Junta Superior se erigió en expresión política, pero de forma breve, integrándose en poco tiempo y delegando sus competencias en las Cortes de Cádiz, para regresar a su estado anterior de inacción.
El reino de Galicia dejaría de existir formalmente el 30 de noviembre de 1833, fecha en que la regente María Cristina firmaba el decreto de disolución por el que el centralismo liberal en el gobierno suprimía la Junta del Reino. Con este trámite no sólo desaparecía el Reino de Galicia, sino Galicia misma como realidad institucional, ya que los reinos y sus juntas pasaban a ser sustituidas por un modelo de provincias, copiado del modelo francés de departamentos.


Rasgos socioeconómicos de Galicia durante el Antiguo Régimen

La estabilidad política y el descabezamiento de la nobleza dan lugar a tres rasgos socioeconómicos propios de este periodo:
  • La prosperidad de los fidalgos que viven en los pazos del cobro de los foros a los campesinos
  • El auge de los monasterios (ahora dependientes de las congregaciones castellanas) que se integran con pujanza en una economía rural.
  • Una expansión demográfica sin precedentes debida a la introducción del maíz y, más tarde, la patata.
Alonso III Fonseca en Santiago impulsa una Universidad (fundada en 1495) que conectará a Galicia con los saberes más elevados del momento. Asimismo, la Iglesia y el monacato impulsan un resurgimiento artístico con el plateresco de Martín Blas y Guillén Colás, Rodrigo Gil de Hontañón e Mateo López en arquitectura (Obras en la catedral de Santiago, el Hostal de los Reyes Católicos o San Martín Pinario, en la misma ciudad). Todo ello anuncia el esplendor barroco con figuras punteras a escala mundial como Domingo de Andrade, Fernando de Casas Novoa o Simón Rodríguez (en Santiago de Compostela) Melchor Velasco (en Celanova) o Pedro de Monteagudo (en Sobrado de los Monjes). Destacan en escultura barroca Francisco de Moure, Gregorio Fernández, Mateo de Prado y Castro Canseco.
Pero el progreso económico se ocluye. Factores que contribuyeron a ello fueron:
  • El cierre de los puertos gallegos al comercio con América decretado por la monarquía
  • Los ataques de la flota inglesa a Vigo y a Coruña (hazaña de María Pita), imposibilitándose el anteriormente próspero intercambio marítimo con Europa.
  • Las guerras de la monarquía española con Portugal, tras su segunda y definitiva independencia.
  • Una política arancelaria pensada para otras latitudes y no para productos que habían tenido éxito en los mercados nacionales e internacionales: la ganadería, el vino, la pesca y el lino gallegos.


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